CONICYT–FONDEF D11I-1226. (2012-2014). Desarrollo de papeles bioactivos en base a mezclas de pulpa de algas y fibras secundarias.
Nuestro país produce anualmente cerca de 5 millones de toneladas de pulpa de celulosa. Durante el 2007, el consumo aparente (producción nacional + importación – exportación) de papel en chile fue de 1.138.000 toneladas. Cada año, con el papel reciclado se producen 320.000 toneladas de papel; para embalaje, impresión, escritura, así como también papel tissue y cartulina. La alta cantidad de reciclaje a nivel nacional como mundial, crea una necesidad ambiental y una oportunidad real para la innovación y búsqueda de alternativas para la elaboración de este producto y sus derivados. Dado lo anterior, las macroalgas constituyen una nueva fuente de materia prima para la obtención de pulpa y elaboración de papel. Esta innovación, en la producción de papel, se sustenta en la capacidad de distintas especies de algas de formar una pulpa de características físico-químicas similares a las que se obtiene en la pulpa reciclada, permitiendo la mezcla de ambas, utilizando la tecnología existente en la industria papelera. A modo de ejemplo, existen algas rojas del género rhizoclonium y gracilaria que presentan fibras largas (cerca de 3,3 mm) que pueden favorecer las propiedades de resistencia del papel, además de incorporar características innovadoras como la bioactividad contra determinados grupos de microorganismos en función de una serie de compuestos presentes en las fibras algales. La utilización de macroalgas (rojas verdes y pardas), presentan oportunidades concretas para producir un producto diferenciado y atractivo, dadas sus características bioquímicas, fisiológicas y su factibilidad de cultivo masivo, agregando valor comercial a aquellas especies de algas que no poseen actualmente un mercado. Bajo este concepto las macroalgas adicionan propiedades bioáctivas antibacterianas, antifúngicas, antivirales y antioxidantes. Estas propiedades, permiten obtener un papel que posibilita la inocuidad de los elementos para los cuales se ha destinado su uso, por lo tanto, tiene un alto potencial para ser utilizado en una amplia gama de industrias, entre ellas la frutícola y alimentaria. Con respecto a la industria frutícola nacional, chile exportó 2.641.286 toneladas de fruta embalada en papel y cartón durante la temporada 2010-2011, aproximadamente entre un 3 a 5% (80.000 a 132.000 toneladas) de estas exportaciones se deterioró producto de mal manejo, oxidación, ataque de hongos y bacterias. Las propiedades bioáctivas de las macroalgas adicionadas al papel, permitirá una reducción significativa de este deterioro manteniendo la calidad y durabilidad del producto exportado. La ejecución de este innovador proyecto permitirá utilizar las tecnologías productivas actuales de la industria del papel y dar origen a un producto mejorado. Este nuevo papel para embalaje de fruta de exportación con propiedades bioáctivas antimicrobianas y antioxidantes, obtenido desde la mezcla de biomasa macroalgal y fibras secundarias, fomentará el reciclaje e incrementará la protección y conservación de los productos exportados. El presente proyecto, tiene como objetivo principal desarrollar papeles bioactivos a partir mezcla de macroalgas y pulpa secundaria para mejorar los estándares de durabilidad y calidad en la industria frutícola nacional y pretende generar un capital humano altamente especializado en este tópico tecnológico con gran potencial para la industria papelera, y frutícola, contribuyendo en paralelo al desarrollo socio- económico de los algueros artesanales e industriales del país.